El camino inicial establece un tono opresivo. Tras un breve trayecto, llegas a una cabaña aislada. Dentro, el primer encuentro con un Ganado es abrupto y violento. Este enfrentamiento sirve como un bautismo de fuego, obligándote a adaptarte rápidamente a los controles y a la agresividad del enemigo.
Poco después, Leon llega al epicentro de la pesadilla: la plaza del pueblo. Lo que sigue es una de las secuencias más icónicas de la historia de los videojuegos. Un enjambre de aldeanos hostiles desciende sobre ti, dando comienzo a un asedio implacable. La supervivencia aquí no depende de eliminar a todos, sino de .